El agua y su adecuada gestión a través de indicadores

En la Tierra viven más de 7.200 millones de personas. Según la ONU, cerca del 20% de la población mundial pertenecen a 50 países que sufren las consecuencias del estrés hídrico.  El agua tiene un papel fundamental para la mayoría de actividades económicas, si bien es necesario recordar que estamos ante un recurso limitado. Con el objetivo de gestionarlo de la mejor manera, su circularidad se posiciona como un factor esencial. La gestión del agua es parte del conjunto de actividades que se llevan a cabo para hacer un uso sostenible y adecuado de este recurso. Las directrices fundamentales de la gestión del agua son la reducción, la reutilización y el reciclaje. 

La gestión circular del agua ha ganado atención en los últimos años como un enfoque para abordar los desafíos relacionados con la cantidad, la calidad y el valor del agua desde una perspectiva basada en el contexto. Donde el agua es escasa, la gestión circular del agua ofrece una oportunidad de hacer más con menos, reduciendo la demanda en la cuenca; donde el agua está demasiado sucia, ofrece la oportunidad de reducir la contaminación y utilizar agua de una calidad que sea “apta para su propósito”; y, donde el agua está infravalorada, la gestión circular del agua ofrece la oportunidad de capturar valor adicional.

Desde el enfoque de Gestión Integrada de Recursos Hídricos, que lleva implícito el cuidado y la conservación del medio ambiente, el uso global de agua se ha sextuplicado en los últimos 100 años y sigue creciendo a un ritmo anual del 1%, según el Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos de 2020. Esta elevada presión sobre los recursos hídricos, agravada por los efectos del cambio climático, acentúa la necesidad de un cambio de modelo en la gestión de los recursos hídricos en línea con la economía circular, con los ODS y la Agenda 2030.

En los últimos años, se han desarrollado numerosas estrategias y planes de acción en materia de economía circular, tanto a escala europea, estatal, autonómica como local, donde el agua ha tenido un escaso y dispar tratamiento. No obstante, el agua ofrece un gran potencial para la transición hacia la economía circular. Así, la circularidad en materia de agua implica la mejora de la eficiencia hídrica, la planificación hidrológica, la reutilización de agua regenerada, la valorización energética del biogás que se obtiene en el proceso de depuración o el aprovechamiento de lodos generados en dicho proceso, entre otros. El valorar y sensibilizarnos en torno a un bien tan esencial como el agua debe ser una herramienta de cambio que nos lleve a construir realmente un mundo más sostenible, en el sentido más amplio, circular y profundo de esta palabra.

Referencia bibliografíca

FORUM CALIDAD, novando para ser competitivos noviembre 2018 • Año XXIX; FC296_Sumario.pdf (forumcalidad.com) / FC296_BV.pdf (forumcalidad.com)

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